jueves, 5 de febrero de 2015

El amor por los colores


Largas filas son las que toca atravesar para poder hacerse de una entrada, un simple pedacito de papel por el que uno ahorra dinero toda la semana, pero para uno no sólo es un papelito, para uno es quizá un boleto para entrar a un mundo distinto donde la vida deja de valer lo que valía antes, donde la vida gira en torno a una sola cosa, la pelota de fútbol, y es ella la que hace que uno delire, que se angustie, que se coma las uñas, que grite por dentro, que sonría, que llore, es ella la que hace que uno sienta en 90 minutos todas las sensaciones existentes en la vida, y entonces... uno sigue cantando, levantando los brazos al cielo, saltando, bailando, hasta insultando, pero siempre con disfrute, con goce, porque sabe que es algo que no depende de uno mismo, y que aunque se quiera muchas veces estar dentro de la cancha, uno se siente privilegiado por esa posición de espectador, en la cual si bien se canta y se apoya en favor de ellos, en realidad uno sabe que no es tanto así, que no es en realidad para ellos, es más una satisfacción propia, satisfacción del resto de personas que comparten espacio con uno en las gradas, las cuales están esperando con ansias que suceda lo mismo que uno, que ese caprichoso objeto de forma esférica se introduzca en el arco del club rival... y cuando eso suceda toda esa energía que se estaba guardando durante toda la semana podrá salir expulsada en un fuerte grito de gol, en miles de abrazos de desconocidos que producto de la situación se llegan a sentir como hermanos, y luego del gol... uno sigue cantando, alentado, brincando, esperando con ansias que todo se termine... y entonces se termina y uno se da cuenta que debe volver a ese otro mundo, en el que todo depende de uno mismo, en el que ya no se es más un espectador, en el que se debe buscar la manera de llegar con vida al siguiente domingo, para volver a estar esperando en esa fila sin fin, que llevará a poder hacerse de nuevo con ese simple papelito y que entonces todo vuelva a suceder una vez más.

♪♫ [Wicked ones - Dorothy]