lunes, 29 de febrero de 2016

29 centavos de inspiración.


No importa de donde venga ese golpe de inspiración que haga brotar debajo de todos estos escombros algunas ideas claras, no importa de donde, pero debe venir. Da lo mismo si la hallo en una canción, en una película, en un libro, en una palabra escuchada sin querer en la conversación de dos niños mientras camine por la calle, o en la mirada de una chica que pasa frente a mí mientras estoy parado en una esquina cualquiera de esta ciudad. 
Aunque pensándolo un poquito más, la verdad es que a mí me gustaría que la pueda descubrir mientras escucho una canción de Charly, sí, y no sería la primera vez, jajajaja. Charly siempre me ayudó a despejar la mente cuando tenía muy entreveradas las ideas, o también me ayudaba a sembrar dudas que me entretenían en los momentos que el aburrimiento parecían apoderarse de cada uno de los rincones de mi habitación. Sea como sea, siempre me daba algo, para que me siente frente al computador y empezara a escribir como loco, como cuando uno está dando un examen y luego de mucho pensar en la respuesta de una pregunta, logra recordarla, y empieza a escribirla antes de que la idea se esfume, así, así mismo era como yo escribía luego de escribir una canción de Charly. Lo hacía como sí lo que estaba escribiendo era la mayor verdad del mundo, y es que yo la sentía así. Sentía como cada palabra se desprendía con una increíble soltura desde mi cuerpo. Recorría mi cerebro, bajaba por mi cuello, avanzaba hacia mis brazos, luego se dirigía hacia mis manos, y luego con gran naturalidad se desprendían de las yemas de mi dedos. La verdad es que esa sensación era extraordinaria. Era un estado de lucidez y de plenitud superior a cualquiera antes sentido. 
Era... no sé, la verdad ya no sé, no hay manera de explicar eso. Intentar hacerlo es irritante, porque uno siente como miles de palabras van rozando el significado de esa sensación y ninguna de ellas puede atinarle a su verdadero sentido. Es tan irritante que luego termina por hacerme perder el hilo de la idea que antes me mantenía escribiendo. Así tal cual como me sucede en este momento. 
¡Qué irónico! Pero sobre todo... ¡qué predecible!

♪♫ [Aprendizaje - Sui Generis]