miércoles, 9 de noviembre de 2016

Desafinado. Descoordinado.


Hay algo que parece andar mal. No sé si sea por casualidad, o es que acaso yo mismo lo provoco, pero desde hace varias semanas me pasa que tengo muchas ganas de escribir algo, porque siento la necesidad de hacerlo, pero cuando me siento frente al computador no siento nada. Pareciera como si cualquier palabra posible para dar inicio a una idea no tuviera sentido, se sienten falsas, se sienten incómodas, como si no quisieran salir. Entonces me frustro, me rindo, y decido no escribir nada. 


Al contrario de cuando ando lejos de un computador o de algo para poder escribir, porque justo en esos momentos se me vienen al cuerpo, sensaciones muy extrañas pero muy interesantes, que me hacen dar ganas de escribir y escribir lo que sea, pero sin parar. Son ideas pequeñas, frases, como estribillos de canciones, frases muy pegadizas, que parecen dar rienda suelta a un sin fin de otras palabras que se vierten en mi mente como si alguien diera paso a la corriente de un río que antes se encontraba obstaculizado por algo. Todo bien hasta ahí, pero ocurre que luego trato de mantener esa sensación hasta llegar a un lugar donde poder escribir todo eso que siento, pero cuando lo hago la sensación o se esfuma, o la olvido, o la recuerdo pero pierde todo el sentido que antes parecía tener. Y todo eso se siente bastante absurdo, se siente como si fueran ideas ajenas.


Pero bueno, al menos estas palabras son sinceras, con sentido, libres de cualquier prejuicio, bien ligeritas. Tanto así que hasta gusto me da escribirlas, gusto y esperanza de que esta sensación de lucidez tan anhelada se pueda convertir en algo más frecuente en mí.

♪♫ [Quitémonos la ropa - Alexandre Pires]

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

A que no te atreves a comentar, cobarde.