viernes, 22 de septiembre de 2017

Vómito filosófico.

A Paco no le importaba mucho detenerse a pensar en las cosas inciertas de la vida. A él desde la primera clase de filosofía en el colegio, el profesor le había parecido un ser detestable. Odiaba a las personas que se maravillaban por los libros. La alegría en sus caras al hablar de un libro le recordaba la que su profesor ponía cuando algún alumno realizaba  alguna pregunta o denotaba interés en algún tema. Ese tipo de escenas siempre le parecieron repulsivas a Paco. En ocasiones incluso sintió nauseas al presenciarlas, y deseaba que si llegara a vomitar, al menos les salpicara algo a su profesor y a sus compañeros de clase o a las personas que estén cerca de él, para ver si así lograba de una buena vez que todos se callaran y dejaran de hablar tanta basura filosófica. Eso era una perdedera de tiempo para él. Para Paco la vida se resumía en escuchar una y otra vez las canciones de moda y en estar al tanto de toda la actividad farandulera de su ciudad. Esa era su vida, libre de cualquier pensamiento profundo. Él solo se dedicó a vivirla sin pensar de más, y murió siendo lo suficientemente feliz.

♪♫[Cempasúchil - Monsieur Periné]

viernes, 15 de septiembre de 2017

Canciones para los días tristes.

El walkman era el principal refugio de Isabel. Se pasaba horas escuchando las melodías que salían de ese aparato que le había regalado un amigo de su papá para su cumpleaños número 16. La música la transportaba a otro lugar del mundo, a lugares que solo había visto en sus sueños. Esos lugares que rodean el límite de la fantasía con la cruda realidad. Esos lugares que representaban vivencias desfiguradas de su vida, vivencias tristes y otras no tanto. La música además le hacía experimentar sensaciones que nunca antes había podido sentir. El levantar abrupto de sus vellos con los solos de batería que tanto le gustaban, y el latir de su corazón al compás de los estribillos de sus canciones favoritas. El dueño de la tienda de la esquina de su casa fue unos de los mayores beneficiarios del pasatiempo de Isabel, ya que con gran frecuencia ella debía cambiar las pilas desgastadas de su preciado walkman, para proveer de energía no solo a aquel aparatito, sino también a ella misma. Porque quién sabe lo que hubiese sido de ella sin su walkman, y sin la música en aquellos años tan tormentosos de su vida.

♪♫[Enjoy the silence - Depeche Mode]