Estaba confundido, estaba desubicado, estaba perdido. Olvidé de donde venía, a donde desea ir, olvidé donde estaba y que era lo que tenía que hacer. Me dejé llevar por personas que en un principio decían ser iguales a mí, que querían que triunfemos juntos, pero luego me di cuenta que todo no era tan cierto como ellos decían. Ellos no querían triunfar, ni siquiera sabían que era lo que querían, pero quizás sin intención o quizás adrede me estaban llevando con ellos. Y yo por un momento caí, estaba cayendo en el mismo hoyo en el que ellos se estaban hundiendo cada vez más y más. Fueron días difíciles, me sentía sólo, tenía miedo. Había cambiado toda mi regular pero prometedora realidad por un mundo llenos de fantasías, de sueños inalcanzables, de cosas totalmente innecesarias. Y todo eso, sueños y fantasías se vinieron abajo. Todo se vino abajo, pero pude zafarme y escapar a tiempo... pero quedé desecho, quedé hecho trizas por dentro, como un niño desamparado llorando en un lugar desconocido y desolado que busca a su cuidador. Fue en ese entonces cuando se me cruzó por la mente renunciar, dejarlo todo. Me sentía decepcionado de mí mismo. Ahora un poco más consciente no podía entender como fue que dejé engatusarme y comerme todo el cuento que esas personas quisieron hacerme creer. Sentía pena y lástima por ellos, casi tanto como la rabia que sentía conmigo mismo. Me había defraudado, entonces por fin entendí que "si vuelas muy alto con alas de mala calidad lo único seguro será que la caída dolerá mucho". Fue tanto que incluso pensé que la caída nunca acabaría, pero de pronto un día... en un lugar cualquiera conozco a una persona de esas que viven con lo justo, que invierten todo y sacrifican mucho por el sólo hecho de mantener viva la sonrisa de él y de su familia. Una de esas personas que es muy posible que nunca hayan pisado una universidad. Que con dificultad acabaron el colegio (dificultades económicas), pero que con constancia e inteligencia supieron ganarse un masterado en ciencias de la vida, de la calle o como prefieran llamarlo. Personas llenas de vitalidad, de alegría, de sabiduría y de mucha pero mucha luz. Nuestra charla no duró mucho porque yo tenía que ir a otro lugar y estaba atrasado. Le supe agradecer con un fuerte abrazo cada uno de los consejos y frases que me supo decir y que aún retumban en mi mente. Esta persona obviamente se sorprendió. No entendió de que le agradecía o por qué lo hacía de esa manera tan efusiva. Tal vez no sabía lo que me estaba sucediendo y la gran esperanza que había vuelto a crecer en mí después de escuchar sus palabras. Pero así es la vida, despiadada... pero especialmente impredecible. Mientras me alejaba fue inevitable que una gran sonrisa se dibujara en mi rostro. Entonces me dí vuelta, apenas se podía diferenciar quien era, pero no me importó, le volví a agradecer, esta vez casi gritando para asegurarme que me escuchara, y lo hizo. Pude observar como se despedía agitando su mano y levantando su pulgar.
Desde ese día creo que empezó un nuevo capítulo en mi vida, espero algún día volver a encontrarme a esa persona y poder contarle el porqué de mi agradecimiento y lo bien que me hicieron sus consejos.
Desde ese día creo que empezó un nuevo capítulo en mi vida, espero algún día volver a encontrarme a esa persona y poder contarle el porqué de mi agradecimiento y lo bien que me hicieron sus consejos.
♪♫ [Cumbiera intelectual - Kevin Johansen]