... ahora forma parte del aire.
Una vez más me veo acá, tratando de plasmar en letras lo que mi voz no puede expresar ni mucho menos reconocer. ¿Que qué se siente? Pues en realidad no se siente nada, porque es el vacío mismo lo que está presente ahora dentro de mi ser, es el desasosiego, es la ausencia, es el duro y cruel golpe de la vida que te recuerda de vez en cuando que todos los seres en esta vida son mortales y que ni el mayor deseo de que alguien permanezca a tu lado para siempre va a impedir que la naturaleza cumpla su más cruel propósito.
Y hay miles de formas de llegar hasta este momento, el momento en que te encuentras cara a cara con la muerte, sí, la muerte, la villana más famosa de todo el universo, la cual crea olas de tristeza a todo su alrededor. Ahora bien, siendo objetivos, en realidad lo triste no es que la muerte se haga presente... lo triste en sí son los recuerdos que se van formando en el trayecto hacia ese momento, es decir a lo largo de toda vida, una vida que siempre nos parece muy corta una vez que ha llegado a su fin. Lo triste son los objetos que se quedan impregnados con la imagen y con la esencia del ser que se va, tampoco hay que olvidar los lugares en que esos recuerdos se formaron, lugares en los que ahora parece que el tiempo se detuviera para que miles de imágenes se hagan presente en la mente de la persona que se planta sobre él, imágenes que tienen como objetivo principal despertar y avivar aún más la herida provocando que las lágrimas broten de los ojos con una fuerza sobrenatural y llenas de tanta tristeza que quemen y dejen marcas imborrables sobre las mejillas.
Alguien podrá decir que la muerte de mi perrito lo va alejar de mí, pero no es así, en realidad lo va a acercar mucho más, ya que ahora él no sólo estará en mi casa esperando mi llegada. Será mucho más que eso. Ahora su recuerdo me estará esperando en cada rincón y lugar al que yo vaya. Ahora él en cierta manera formará parte de mí y de todas la personas que lo conocieron... ahora él formará parte del aire.
♪♫ [Soledad - Jorge Drexler]