Pues esa persona, es Martín. Entonces a mí me pasa que cuando escucho el nombre de él, se me inunda la cabeza con muchos recuerdos, recuerdos de cuando aún éramos muy jóvenes y luego ya no tanto.
Entre esos recuerdos siempre sobresalen los de haber estado jugando partidos de fútbol en el Play Station en mi casa. También se me vienen a la mente imágenes de estar observándolo en una de sus presentaciones musicales mientras él tocaba el bajo en alguna plaza de Quito. Recuerdo haber tenido un partido memorable junto a él, en contra de un grupo de albañiles en un parque muy descuidado de la ciudad. Recuerdo haber estado jugando fútbol bajo una lluvia tremenda, con una cancha llena de charcos, y asemejándose cada vez más a una piscina olímpica. Recuerdo también el ir a su casa la mayoría de las tardes después del colegio a jugar Top Gear en su computadora, y luego ponernos a cantar en el karaoke canciones en inglés que jamás en nuestra vida habíamos escuchado. Recuerdo haber estado en la playa con él, mientras tomaba la valiente decisión de dejar de lado el paseo de fin de curso, por ir a declararle su amor a la chica de la cual él estaba enamorado. Recuerdo también la noche en la que leí su e-mail en que me contaba los duros cambios que se iban a venir en su vida, las nuevas responsabilidades que iba a tener desde ese momento, y de lo asustado que se sentía. Y así, al igual que estos recuerdos, tengo muchos más que sobrevienen a mi memoria con el solo hecho de escuchar su nombre.
Cabe destacar que estos recuerdos si bien pueden ser alegres y otros no tanto, siempre me han ayudado para saber que cuento con un gran amigo, y con el que siempre he mantenido la cercanía oportuna como para ser un apoyo mutuamente. En fin, él es uno de esos amigos que uno podría presumir al resto de personas. Es por eso que simplemente quería brindar un homenaje a una de las personas indispensables en mi vida... a uno de mis imprescindibles.
Por eso y mucho más, ¡gracias, Martín!
♪♫ [Amigo mío - Jauría]