miércoles, 25 de mayo de 2016

Martín, uno de los imprescindibles.


Esta publicación se la quiero dedicar de manera muy especial a un gran amigo mío, a un hermano del alma, a una de esas personas de la cual muchas cosas buenas en mi vida dependen. De esas personas de las cuales escucho su nombre y mi mente se llena con recuerdos alegres, imágenes de sonrisas, y sonidos de carcajadas. Y todo eso desde lo más recóndito de mi memoria. Porque son recuerdos que sirven de sostén para mantenerme a salvo en esos días en los que todo parece echarse para atrás.
Pues esa persona, es Martín. Entonces a mí me pasa que cuando escucho el nombre de él, se me inunda la cabeza con muchos recuerdos, recuerdos de cuando aún éramos muy jóvenes y luego ya no tanto. 
Entre esos recuerdos siempre sobresalen los de haber estado jugando partidos de fútbol en el Play Station en mi casa. También se me vienen a la mente imágenes de estar observándolo en una de sus presentaciones musicales mientras él tocaba el bajo en alguna plaza de Quito. Recuerdo haber tenido un partido memorable junto a él, en contra de un grupo de albañiles en un parque muy descuidado de la ciudad. Recuerdo haber estado jugando fútbol bajo una lluvia tremenda, con una cancha llena de charcos, y asemejándose cada vez más a una piscina olímpica. Recuerdo también el ir a su casa la mayoría de las tardes después del colegio a jugar Top Gear en su computadora, y luego ponernos a cantar en el karaoke canciones en inglés que jamás en nuestra vida habíamos escuchado. Recuerdo haber estado en la playa con él, mientras tomaba la valiente decisión de dejar de lado el paseo de fin de curso, por ir a declararle su amor a la chica de la cual él estaba enamorado. Recuerdo también la noche en la que leí su e-mail en que me contaba los duros cambios que se iban a venir en su vida, las nuevas responsabilidades que iba a tener desde ese momento, y de lo asustado que se sentía. Y así, al igual que estos recuerdos, tengo muchos más que sobrevienen a mi memoria con el solo hecho de escuchar su nombre.
Cabe destacar que estos recuerdos si bien pueden ser alegres y otros no tanto, siempre me han ayudado para saber que cuento con un gran amigo, y con el que siempre he mantenido la cercanía oportuna como para ser un apoyo mutuamente. En fin, él es uno de esos amigos que uno podría presumir al resto de personas. Es por eso que simplemente quería brindar un homenaje a una de las personas indispensables en mi vida... a uno de mis imprescindibles.
Por eso y mucho más, ¡gracias, Martín!
♪♫ [Amigo mío - Jauría]

jueves, 5 de mayo de 2016

Mi batalla contra el silencio


¿Por qué los silencios nos son tan incómodos? 
¿Por qué nos invade la desesperación a cada minuto que se extiende su presencia en nuestro espacio? ¿Por qué en ocasiones se vuelve tan complicado encontrar una manera inteligente de acabar con él? ¿Por qué tenemos que escoger la manera más estúpida para acabar con la tensión que nos provoca? 

¿Entienden lo que les trato de decir? 
Pues si su respuesta es "no", entonces el mejor ejemplo es... este mismo momento, sí, este mismo silencio, y este mismo inútil tratando de zafarse de él. 
¿Será acaso que podré vencerlo y me podré librar de él de una manera inteligente, o será que pierdo la batalla contra la tensión del momento, y decido hacerlo de la manera estúpida? 
Veamos, mmm... ¡Ya está, desapareció!
Ahora todo es ruido, y el caos se apodera de cada rincón de la habitación. 
Pero lo logré, acabé con el silencio. 
Y sí, lo hice de la manera estúpida. 
Una vez más.

♪♫ [Arde la ciudad - Mancha de Rolando]