El joven de cara cansada y conducta ansiosa observaba detenidamente al misterioso señor que se encontraba arrimado a la furgoneta del señor que vendía enciclopedias sobre el paleolítico, la tarde estaba nublada y una leve garuba empezaba a caer en la calle, y entonces el joven se aproximó al misterioso señor y le preguntó:
-Eh señor, no tendrá por ahí unos gramos de la blanca que le sobren?
-Eh señor, no tendrá por ahí unos gramos de la blanca que le sobren?
Y el señor le contesta.
-No muchacho, creo que me estás confundiendo con alguien más, pero si de verdad quieres volar ven y escucha estas canciones.
El señor le alcanzó unos audífonos que cargaba en el bolsillo, el joven con desconfianza se los puso en sus oídos. El señor lo miró fijamente a los ojos, le dio play y luego una gran sonrisa de alivio y gratitud se dibujo en el rostro de ambos.
-No muchacho, creo que me estás confundiendo con alguien más, pero si de verdad quieres volar ven y escucha estas canciones.
El señor le alcanzó unos audífonos que cargaba en el bolsillo, el joven con desconfianza se los puso en sus oídos. El señor lo miró fijamente a los ojos, le dio play y luego una gran sonrisa de alivio y gratitud se dibujo en el rostro de ambos.
♪♫ [Una mattina - Ludovico Einaudi]
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
A que no te atreves a comentar, cobarde.