Y los vicios banales y costosos a los que normalmente la gente recurre están bien, pero hasta ahí nomás. Yo en cambio logré superar esos y ahora soy adicto a otro vicio mucho más poderoso, el de las sonrisas sinceras e innatas de la toda la gente que habita este planeta, especialmente de la mía.
Y no lo puedo dejar, es casi una dependencia.
Y no lo puedo dejar, es casi una dependencia.
♪♫ [La vida sin Luis - Fito Paez]
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