Federico, así se llamaba el niño que soñaba todas las noches con convertirse en astronauta para poder conocer de cerca a las estrellas. Este era su mayor sueño, y disfrutaba mucho jugando a ser astronauta. Su sueño era tan grande que incluso cada noche se tomaba unos minutos antes de acostarse a dormir para acercarse a la ventana de su cuarto y poder contemplar a su tan anhelado destino.
Un día estando en la escuela, su maestra empezó a hablar del espacio, de las galaxias, de los sistemas solares y de todos los cuerpos celestes existentes en el universo. Federico estaba fascinado con ese tema y escuchaba atentamente a su profesora, hasta que llegado un momento se puso de pie, y preguntó con mucha curiosidad:
-Maestra, ¿de dónde vienen las estrellas?
-Pues Federico, todas las estrellas al igual que todos los cuerpos celestes, son producto del "Big Bang".
-¿Nuestro planeta también, maestra?
-Sí, nuestro planeta también. Incluso cada uno de nosotros somos producto del Big Bang.
-¡Wow! Es increíble, maestra. Muchas gracias. (Federico se sentó en su pupitre muy pensativo, y así se quedó hasta el final del día).
Desde ese día Federico dejó de observar con tanto afán a las estrellas. Ahora él antes de dormir se tomaba un tiempo para observarse a sí mismo, y lo hacía con tanta fascinación que incluso algunas veces podía sentir como todo su cuerpo brillaba en medio de toda la oscuridad, al igual que una estrella.
♪♫ [Polvo de estrellas - Jorge Drexler]
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