Que triste es llegar al punto en el que empiezan a ser más interesantes las conversaciones que tienes cuando hablas solo, que las que tienes con otras personas.
A mí no es que pase eso con todos, pero realmente hay personas que hacen que me aburra en un segundo.
Lo triste es que cada vez conozco a más personas de ese tipo.
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A que no te atreves a comentar, cobarde.