Y así me desperté un martes de mañana, en el suelo de una casa desconocida, busqué por toda la casa buscando a alguien y no hallé a nadie, asomé la cabeza por la ventana y la calle estaba vacía, no había autos, personas, ni un perro, ni un gato. De pronto me encontré parado frente a un espejo inmenso que ocupaba toda la pared de un baño, me miré y me di cuenta que estaba únicamente en boxers, tenía unas raras marcas en el pecho y en los brazos, marcas de colores, eran como una especie de dibujos o talvéz eran letras. Sentí temor, y seguía sin recordar nada, me metí en la ducha, y me aseguré de quitar cada mancha de mi cuerpo. Cuando salí de la ducha vi que en el piso estaba tirada toda mi ropa, mis medias, mi camisa, mi pantalón, y también mis zapatos. Me vestí, y sentí que la ropa estaba tibia, como si alguien la había usado hace poco tiempo. Me miré en el espejo y el tipo que estaba del otro lado me sonrió, era una sonrisa cómplice. Me lavé la cara, alcé la mirada y ya no había nadie del otro lado del espejo. Lo hice varias veces y el resultado fue el mismo, ahora sí estaba atemorizado. Salí apresurado del baño, escuché mucho ruido en la terraza, subí, y el ruido se transformó en música, en risas, abrí la puerta y ahí estaban, mis amigos y algunos parientes. De pronto alguien se me acerca con cara de extrañes y me dice: "¿En donde te metiste? Hace una hora que bajaste, ¿Encontraste lo que te pedí?" Yo no sabía que responder, no sabía de que me hablaba, entonces me fui a sentar a un rincón donde estaba un sillón y en eso se me acerca mi vecina, me sonríe y me susurra al oído "eres un imbécil, esta me la vas a pagar", luego me dio un beso en cada mejilla y me sacó a bailar. Y entonces empecé a observar cosas familiares en esa terraza. Resulta que era mi casa. Había invitado a todos a una fiesta el viernes por la noche para festejar mi cumpleaños, sólo recordé eso. Entonces me sentí algo aliviado y seguí bailando.
Hasta el día de hoy, varios años después, sigo sin recordar que sucedió entre el viernes y el martes. Y más aún sigo sin entender que fue lo que sucedió ese martes por la mañana.
♪♫ [La tierra del olvido - Carlos Vives]