Aquella mañana salí a la calle.
Te vi tirada en la acera.
Estabas algo golpeada.
Curé tus heridas en la tarde.
Llegada la noche me dijiste adiós.
Amanecí tirado en la misma acera.
Te esperé toda la tarde.
Y en la noche tuve que curar mis propias heridas.
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